El hogar se suele asociar a seguridad, un lugar cálido y agradable donde relajarnos, ser nosotros mismos y olvidarnos del estrés. Sin embargo, a veces compartimos nuestro espacio vital con algunos visitantes indeseados. En el interior, en casa, en el trabajo o en la escuela, algunas concentraciones de contaminantes pueden ser dos o cinco veces más altas que en la calle. Y teniendo en cuenta que pasamos cerca del 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, es motivo de preocupación. Hemos elaborado esta guía para explicar lo que significa la contaminación de aire interior, los efectos para la salud asociados con determinados contaminantes y cómo puede aumentar la calidad de aire dentro de la vivienda.
La contaminación del aire interior es la contaminación del interior de los edificios debida a sustancias químicas y agentes biológicos nocivos.
Algunos ejemplos de contaminantes en interiores son:
Monóxido de carbono (CO). El CO es un gas tóxico producto de la ignición incompleta de combustibles fósiles como la madera, el carbón y el gas. También se encuentra en el humo de los cigarrillos y gases de escape.
Dióxido de carbono (CO2). Los humanos y los animales inhalan oxígeno y eliminan dióxido de carbono. Esto puede provocar la formación de CO2 en edificios, especialmente si la ventilación es insuficiente.
Compuestos orgánicos volátiles (COV). Los COV son gases liberados de ciertos productos, como pintura, barnices, productos de limpieza y combustibles. Algunas velas de parafina y muebles nuevos pueden emitir también COV.
Moho. El moho es causado por exceso de humedad y humectación elevada. Puede liberar esporas y células en el aire peligrosas, especialmente, para gente joven, mayor o vulnerable.
Contaminantes biológicos. No solo los agentes químicos y los gases pueden provocar contaminación del aire interior. Los excrementos de animales, los ácaros del polvo, el pelo de mascota y el polen contribuyen a disminuir la calidad del aire.
Radón. El radón es un gas radioactivo liberado de rocas, agua y suelos. Puede introducirse en un edificio a través de grietas en la pared y el suelo, donde puede quedar atrapado mucho tiempo.
Amianto. El amianto se utilizaba para aislar las viviendas antes de los años 80; sin embargo, se descubrió que las fibras provocaban enfermedades como el mesotelioma, un tipo de cáncer. El amianto es por lo general seguro mientras se mantenga estable.
La contaminación de interior es un factor que no se puede olvidar. La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace referencia a ella como "el mayor riesgo para la salud ambiental del mundo". La razón es porque, a diferencia de la contaminación exterior, los contaminantes no se diluyen en el aire y pueden concentrarse en grandes cantidades dentro de un espacio pequeño.
Hay muchas fuentes distintas de contaminación del aire y lo peor es que no nos damos cuenta de su efecto considerable en la calidad del aire. En el apartado anterior hemos echado un vistazo a lo que puede aumentar la contaminación del aire interior, como el moho, los productos de limpieza y el humo de cigarrillos. Veamos otras razones que han provocado unos niveles tan altos de contaminación del aire interior.
Si sufre con frecuencia resfriados y gripe en casa, puede ser que los síntomas sean el resultado de la contaminación del aire interior. La exposición puntual o repetida a contaminantes puede provocar dolores de cabeza, cansancio, picor en los ojos, dolor de garganta o secreción nasal.
Los contaminantes también pueden afectar a la productividad. Por ejemplo, unos niveles altos de dióxido de carbono pueden provocar irritación, tiempos de reacción más lentos y cansancio. Hay gente que sufre un trastorno médico denominado síndrome del edificio enfermo. Esto aparece cuando la gente se siente enferma después de pasar tiempo en una habitación o un edificio determinado, y solo se siente mejor cuando sale de él.
La contaminación interior también puede provocar graves problemas de salud a largo plazo, como asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). La gente con enfermedades crónicas suele permanecer en interiores y el mayor contacto con los contaminantes les hace sentir mal. Se calcula que 3,2 millones de personas al año mueren de enfermedades relacionadas con la contaminación del aire doméstica, incluidos ataques al corazón, embolias, infecciones respiratorias y cáncer de pulmón. Las altas concentraciones de determinados gases también pueden ser peligrosas. Por ejemplo, una exposición prolongada a niveles de CO de hasta 70 partes por millón (ppm) no tiene efecto en la mayoría de las personas. Sin embargo, niveles por encima de 150 ppm pueden provocar desorientación, pérdida de consciencia e incluso la muerte.
La mayoría de los contaminantes del aire no son visibles. No se pueden ver, no tienen sabor y, en la mayoría de los casos, no se pueden oler. Así que, ¿cómo se sabe dónde están?
La forma más sencilla es disponer de un medidor de calidad del aire. Los hay como monitores portátiles o como unidades de control que se pueden dejar sobre una superficie. Este monitor le indicará los niveles de COV, de dióxido de carbono, de monóxido de carbono y humedad del aire. La mayoría de los monitores de calidad del aire no comprueban el radón, pero se pueden conseguir kits de prueba especializados que controlan los niveles de radón de la vivienda. Estos se dejan en el lugar durante tres meses y luego se envían a un laboratorio para su análisis.
También es importante contribuir a la seguridad instalando detectores de carbono en la vivienda, lo ideal es hacerlo donde todo el mundo duerme y cerca de dispositivos que generan CO, como calderas y cocinas de gas. Estos monitores le indicarán si hay altos niveles de CO en su vivienda para que pueda ventilarla y salir de ella de forma segura.
Hay muchas opciones para ayudar a tener un ambiente interior saludable y de alta calidad.
Un hogar limpio es un hogar sano. Si se elimina periódicamente el moho, el polvo y el pelo de mascota, mejora la calidad del aire y elimina contaminantes. Por supuesto, algunos productos de limpieza contienen COV que pueden empeorar la calidad del aire. Sin embargo, hay muchos productos naturales y ecológicos en el mercado que no contienen estos agentes químicos nocivos. Para enfocar la limpieza desde un modo totalmente natural, ¿por qué no intenta usar vinagre de limpieza para la limpieza de la cocina o el baño?
Unos niveles altos de humedad en la vivienda pueden provocar moho. Le ofrecemos algunos consejos para reducir de humedad en el aire de su hogar.
Al cocinar, coloque tapas sobre las ollas .
Seque la ropa en el exterior o abra una ventana si se seca dentro.
Dúchese o báñese con agua no muy caliente.
Utilice un deshumidificador.
Mantenga las cañerías limpias, esto impide que el agua se escurra por las paredes y provoque humedad en la vivienda.
Una mejor ventilación también puede ayudar contra el moho y la humedad.
Una ventilación adecuada reduce los contaminantes y es la mejor solución a largo plazo para reducir la contaminación del aire. Se puede conseguir:
Abriendo puertas y ventanas para que entre aire fresco.
Encendiendo los ventiladores de extracción en cocinas y cuartos de baño y manteniéndolos limpios.
Haciendo un mantenimiento periódico de las rejillas de respiración de la vivienda, quitándoles el polvo y comprobando que están limpias.
Invirtiendo en una solución de ventilación mecánica de alto rendiemiento. Disponemos de soluciones para cualquier tipo de hogar.
Esperamos que esta guía le haya ofrecido toda la información que necesita sobre la contaminación del aire interior. Recuerde que aunque no pueda controlar la calidad del aire en exteriores, sí que puede tomar medidas para que el aire de su vivienda sea más saludable y seguro.